14.10.2023
Muchos de los que vivimos en Tierra del Fuego nos hemos preguntado alguna vez, ¿qué es ser fueguino? ¿Es haber nacido rodeado por las montañas de Ushuaia, los bosques de Tolhuin o la llanura riograndense? ¿Es tener los recuerdos de infancia marcados por el viento, bosques nevados y el aire frío del Canal de Beagle?
Creemos que ser fueguino no se reduce a una partida de nacimiento ni al lugar en el que, por los azares de la vida, uno vino al mundo. En su esencia, ser fueguino es una elección, una actitud, un compromiso. Es elegir el fin del mundo como el comienzo de todo: de una familia, de una carrera, de un hogar, de una vida.
Muchos de nosotros que hoy nos sentimos profundamente fueguinos, en realidad, comenzamos nuestra historia en otras provincias y en diferentes circunstancias. Y si llegamos a estas latitudes por simple curiosidad, por el vértigo de la aventura, por las oportunidades laborales o las ganas de empezar de cero, es algo más profundo lo que nos ató definitivamente a este lugar. Nos atrajo la magia inexplicable de una tierra que es tan hermosa como desafiante, un lugar donde no solo se puede crecer sino también realizar nuestros más grandes sueños.
Los que elegimos Tierra del Fuego como nuestro hogar lo hacemos porque queremos ver a nuestros hijos crecer, jugar y aprender en este lugar. Echamos raíces para que crezcan en este suelo austral. Y en esa elección es donde radica la esencia de ser fueguino.
